EL LITORAL, Jueves 8 de diciembre de 1966

SANTIAGO DE COMPOSTELA

Santiago de Compostela es una ciudad de leyenda y de ensueño. Fundada alrededor del sepulcro que guarda los restos del Apóstol Santiago que desde Jerusalén trajeron sus discípulos según una tradición milenaria, fue en la Edad Media un centro activo de peregrinación y un centro de intensa vida intelectual y comercial. Es, sin duda ninguna, la ciudad que desde el punto de vista artístico ocupa el primer lugar en Galicia y una de las más interesantes no sólo de España sino de Europa, con sus calles y plazas enlosadas, sus portales, sus edificios antiguos, algunos de la época de los Reyes Católicos, y especialmente por su Catedral, que guarda el sepulcro del Apóstol, motivo de famosas peregrinaciones sobre todo en la Edad Media, y por el magnifico Pórtico de la Gloria, verdadera obra maestra del arte románico.

El edificio más importante de la ciudad es, desde luego, la Catedral, que empezó a ser edificada en el ano 1075 y se terminó entre 1122 y 1128. La planta, en forma de cruz latina tiene tres naves, tanto en el brazo principal como en el crucero. Tenía tres puertas principales y tres menores. Lastres principales son las mismas que se conservan actualmente, conocidas por la Puerta de las Platerías en la fachada del Sur, magnífica expresión del arte románico; la Puerta de la Azabachería, en la fachada del norte, y la del Obradeiro en el oeste.

La fachada del Obradeiro estaba terminada a fines del siglo XI y afirman los eruditos que han tratado esta materia a través de una minuciosa y paciente compulsa de los documentos de la época, que era la mejor decorada, la mayor y la más admirablemente esculpida donde los romeros admiraban la Transfiguración de Cristo, rodeado, entre nubes, por Moisés y Elías y por los apóstoles Santiago, Pedro y Juan. Sin embargo, al poco tiempo de terminada se la reemplazó por otra que es la que actualmente se conoce con el nombre de Pórtico de la Gloria, la obra de arte más famosa e interesante de la ciudad.

La fachada occidental da a la gran plaza del Obradeiro, enteramente pavimentada de losas de piedra y enmarcada por otros tres grandes edificios; al frente de la Catedral se levanta el Ayuntamiento; a la izquierda la Escuela Normal San Jerónimo y la Universidad y a la derecha el magnífico Hostal de los Reyes Católicos adaptado para alojamiento de turistas con todo confort y elegancia aunque guardando las características del estilo del mismo edificio levantado Por los reyes Fernando e Isabel para hospital y alojamiento de peregrinos.

La ubicación de estos cuatro edificios alrededor de la plaza de Obradeiro, tiene para los vecinos todo el sentido y el valor de un símbolo. La Catedral representa la Fe: el antiguo Hospital de los Reyes Católicos, la Caridad que parece apoyada en la Iglesia; al frente de ésta, el Ayuntamiento, símbolo de la Justicia; y al otro lado de la plaza, la Universidad que representa la Ciencia o la Sabiduría, apoyada también en la Iglesia de acuerdo con el pensamiento medieval que enseñaba que el principio de la Ciencia estaba en el temor deDios, lo que el Renacimiento contradijo afirmando que la duda era, en cambio, el principio de la Sabiduría.

El local donde funcionan la universidad y la Escuela Normal fue mandado construir por un obispo Fonseca en el siglo XV; de ahí que se le llame todavía con este nombre. Por eso los estudiantes al iniciar las vacaciones anuales con el correspondiente éxodo, cantan por las calles y plazas de Compostela:

"Triste y solo se queda Fonseca, triste y llorosa se queda la Universidad; y los libros empeñados en el Monte de Piedad".

En las inmediaciones de la Universidad se conserva la famosa casa de la Troya a cuyo frente una placa de bronce recuerda el nombre del escritor que la inmortalizó en la literatura española.

La puerta de la Catedral, abierta sobre la fachada del norte da a la Plaza de la Azabachería, donde tenían sus tiendas y talleres los famosos azabacheros compostelanos que con los de Asturias se consideraban dueños de una artesanía insuperable. De estos azabacheros provienen las higas de azabache con las que se pretendía conjurar el mal de ojo, y que fueron exhumadas en las excavaciones del lugar que ocupara Santa Fe la vieja en Cayastá.

Es imposible en una breve nota describir ni aún dar una idea aproximada de esta maravillosa y gigantesca obra de piedra que es la Catedral de Santiago de Compostela, sobre todo de su pórtico, magnífico y admirable capítulo deja riquísima historia de la arquitectura y de la escultura románicas, con las portadas donde los maestros medievales esculpían la figura serena y majestuosa del Cristo rodeado de profetas, de ángeles con los instrumentos de la Pasión y de los ancianos del Antiguo Testamento con copas o redomas en las manos y tañendo instrumentos musicales; con los arcos cubiertos por un denso y entrelazado follaje; con los capiteles donde luchan y entrelazan aves de largo pico con raposas y leones y demonios que representan los pecados capitales y con los fustes de las columnas donde figuras armónicamente entrelazadas desarrollan el misterioso drama de la creación del hombre, su caída en el pecado y la salvación de la humanidad por medio de la Mujer que describe San Juan en el Apocalipsis, vestida de sol, coronada de estrellas y hollando con sus plantas si dragón infernal calzada de la luna; y enmarcando las figuras centrales de los tímpanos, el tetramorfo, simbólica representación de los cuatro evangelistas.

Toda la obra de los maestros que esculpían la piedra en pórticos, capiteles y columnas de las catedrales suplían para la gente iletrada la labor que en pergaminos miniados realizaban, en el silencio de los claustros, para los doctos, los monjes copistas y miniaturas de la Edad Media. Por eso, con toda propiedad se les ha llamado a estos monumentos de piedra la "Biblia de los Pobres", ante los que el pueblo, absorto, descifraba los distintos episodios del Antiguo y del Nuevo Testamento.

En el parteluz del Pórtico de la Gloria, columna que divide su arco central, en la parte posterior y mirando hacia el altar mayor, se observa la figura de un hombre arrodillado vestido con una única y un manto abrochado sobre el hombro que sostiene una filacteria donde antiguamente se leía la palabra Architectus, borrada por el continuo roce de la gente, y detrás de la misma figura Se lee aún, escrita en siglas: Fecit. En esta figura de un hombre joven y recio, el pueblo ve la fiel estampa del autor de la obra, el maestro Mateo, que de acuerdo con un documento del siglo VII recibió del rey Fernando II una donación de dos marcos de plata semanales durante toda su vida para que se empeñara en llevar adelante las obras de la iglesia de Santiago Apóstol y que, según un erudito investigador compostelano, vivió en la Plaza de la Azabachería.

Se cuenta que con motivo de la llegada del rey Fernando a Compostela, el arzobispo le señaló el deplorable estado en que se hallaba su iglesia saqueada por los moros, la fachada occidental sin pórticos y sostenido el techo por toscos pilares de madera, con lo cual el monarca dispuso en el acto que el arquitecto Mateo, que le acompañaba corno arquitecto real, quedara a cargo de la obra. Mateo cayó de rodillas, beso las manos de su rey y del obispo y desde ese instante se vinculó para siempre a Compostela.

Un día los vecinos vieron que en un ángulo del Pórtico aún no terminado y que permanecía oculto por un tapiz, se encontraba la figura de un hombre en quien hallaron notable parecido con el maestro Mateo. El obispo acudió en el acto, comprobó la verdad de la versión que no había tardado en llegar a sus oídos y llamó luego al escultor y le increpé la osadía de colocar su figura entre los elegidos. Mateo salió cabizbajo y caviloso de la audiencia episcopal. No era digno de estar en el cielo, según el obispo; no podía colocarse en el limbo porque había pasado con creces la edad de la inocencia; en el infierno no podía colocarse porque la fe le prohibía dudar de la misericordia divina; no era digno de codearse con los profetas y los apóstoles ni podía tampoco ubicarse entre las figuras que representaban los vicios, pues era hombre de vida sobria y morigerada. De ahí que resolviera colocarse de rodillas de espaldas a los vicios y mirando hacia el altar mayor.

Pero he aquí que el pueblo le ha canonizado, pues por añadidura, según cuenta la leyenda al terminar la obra del pórtico, los vecinos le arrancaron los ojos para que, ciego, no pudiera repetir en su vida una obra semejante ala del Pórtico de la Gloria. Así el maestro Mateo se ha convertido en cl santo dos croques", que traducido en criollo podríamos llamarlo el "santo de los coscorrones", ya que las madres golpean la cabeza de sus hijos en la cabeza Mateo para que les "contagie" su sabiduría.

Salgo de la Catedral; cruzo la Plaza de la Azabachería; paso debajo de sombríos portales de columnas de piedra casi en penumbras. Unos graves canónigos compostelanos con el paraguas al brazo dialogan sobre Dios sabe qué graves problemas teológicos o simplemente sobre alguna vana intriga de sacristía. Unas mujeres enlutadas con la cabeza envuelta en un pañuelo negro a usanza gallega, con sus cestas vacías, vuelven de visitar los hijos y hermanos que vinieron de la aldea para estudiar de curas en el seminario. Se oye la algarabía de los estudiantes que abandonan el edificio de Fonseca. Unos viejos de boina y gruesos zapatones apoyados en un nudoso bastón caminan lentamente arrastrando los pies en las losas de las calles humedecidas por el chubasco otoñal; mientras a la vuelta de una esquina, el desnivel del suelo me pone delante de mía ojos y a la misma altura en que me encuentro las cuatro figuras de piedra que rematan la fachada de la iglesia de San Fructuoso, obispo de Praga, y que parecen venir hacia mí, las barrocas faldamentas de los hábitos al viento, recortadas en el cielo verdoso del amanecer.


Domicilio: 25 de Mayo 1470 - Santa Fe de la Vera Cruz - La Capital - Santa Fe - República Argentina - Código postal: 3000
Teléfono: (54) 0342 4573550 - Correo electrónico: etnosfe@ceride.gov.ar
Página web: http://www.cehsf.ceride.gov.ar/